Buenas tardes cocineros y bienvenidos un día más a: Las recetas de la Bruja. Quería comenzar agradeciendo a todos el apoyo que he recibido en este tiempo, gracias a vosotros ya somos más de 1.000 en nuestro canal. Para nosotros, que disfrutamos con la cocina, es un placer compartir, enseñar y ayudar. Confiamos en seguir creciendo juntos y poder seguir compartiendo nuestra gran pasión. ¿Vamos con la receta?
Hoy preparamos mejillones al vapor; fáciles, económicos pero, por supuesto, con el punto que no puede faltar en nuestros platos. La receta que veremos es increíblemente original y sorprendente, y aportará a nuestros mejillones el toque picante al que nadie podrá resistirse, palabra de Bruja.
¿No te lo crees? Pues no te pierdas detalle del vídeo:
Hoy preparamos mejillones al vapor; fáciles, económicos pero, por supuesto, con el punto que no puede faltar en nuestros platos. La receta que veremos es increíblemente original y sorprendente, y aportará a nuestros mejillones el toque picante al que nadie podrá resistirse, palabra de Bruja.
¿No te lo crees? Pues no te pierdas detalle del vídeo:
Mejillones al vapor con salsa picante
1 kg. Mejillones
1 cebolla mediana
2 dientes de ajos a laminas
4 c.s. salsa de tomate
40 ml vino blanco seco
2 c.s. aceite
Guindillas al gusto y perejil
(*c.s.:cuchara sopera)
Comenzaremos lavando los mejillones, les quitamos las barbas y los pondremos en una cazuela amplia para que tengan sitio para abrirse. Reservamos. Ojo, he dicho lavar, no es necesario sacarles brillo, eso sí, buscaros algún incauto, porque es un proceso laborioso.
Por otro lado, en un cazo, a ser posible de fondo grueso, ponemos al aceite, los ajos, la cebolla cortada a cuadritos, las guindillas, y los cocinamos todo hasta que este pochado y con un poquito de color. Añadimos el vino, que dejaremos evaporar ligeramente para después incorporar la salsa de tomate. Cocemos el conjunto un par de minutos y reservamos hasta el momento de consumir.
Ponemos lo mejillones tapados a fuego fuerte y en cuanto se abran, apagamos el fuego. Vigilad el punto, porque si se cuecen demasiado pueden quedarnos gomosos.
Tomamos una parte del agua de la cocción y se lo añadiremos a la salsa para aligerarla. Escurrimos el resto e incorporamos la salsa para mezclar después todo el conjunto. Servimos con un poquito de perejil picado por encima.
1 cebolla mediana
2 dientes de ajos a laminas
4 c.s. salsa de tomate
40 ml vino blanco seco
2 c.s. aceite
Guindillas al gusto y perejil
(*c.s.:cuchara sopera)
Comenzaremos lavando los mejillones, les quitamos las barbas y los pondremos en una cazuela amplia para que tengan sitio para abrirse. Reservamos. Ojo, he dicho lavar, no es necesario sacarles brillo, eso sí, buscaros algún incauto, porque es un proceso laborioso.
Por otro lado, en un cazo, a ser posible de fondo grueso, ponemos al aceite, los ajos, la cebolla cortada a cuadritos, las guindillas, y los cocinamos todo hasta que este pochado y con un poquito de color. Añadimos el vino, que dejaremos evaporar ligeramente para después incorporar la salsa de tomate. Cocemos el conjunto un par de minutos y reservamos hasta el momento de consumir.
Ponemos lo mejillones tapados a fuego fuerte y en cuanto se abran, apagamos el fuego. Vigilad el punto, porque si se cuecen demasiado pueden quedarnos gomosos.
Tomamos una parte del agua de la cocción y se lo añadiremos a la salsa para aligerarla. Escurrimos el resto e incorporamos la salsa para mezclar después todo el conjunto. Servimos con un poquito de perejil picado por encima.
Más vale que os hagáis con pan, porque es una salsa en la que se impone mojar. Un consejo, en verano, mejor mejillones de roca, en invierno, gallegos.
¿Buscáis la cena perfecta? Acompañadlos con un buen vino blanco, la mejor compañía y aprovechad que dicen que son afrodisíacos.
Hasta la semana que viene.
¿Buscáis la cena perfecta? Acompañadlos con un buen vino blanco, la mejor compañía y aprovechad que dicen que son afrodisíacos.
Hasta la semana que viene.
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